El objetivo es poder hacerme en verano algunas marchas "chulas" como subir los puertos de Canencia, Morcuera, Navacerrada, Serranillos, Mijares y, por supuesto, el Angliru.
No me gusta hacer más de 130 km en una etapa. No me gusta ir a competiciones ni a marchas ciclistas. Me gusta ir sólo. No compito contra nadie sólo contra mí mismo.
A mí el ciclismo me permite comer bastante sin engordar, tener una figura corporal adecuada a mi gusto, tener una condición y una resistencia física aceptable y saludable, me relaja y me quita el estrés, pero además a nivel psicológico me hace ser fuerte y resistente frente al esfuerzo mental. El ciclismo no consiste en darte una paliza y acabar destrozado o no acabar, ni en volver en Metro, Renfe o que te tengan que ir a buscar. Además sé que como ciclista soy débil frente a otros vehículos y peatones, arriesgo mi salud e incluso mi vida. Por eso las medidas de seguridad que me impongo son el casco, un silbato muy potente, un seguro que me cubre a mí y los daños que yo pueda ocasionar, una alerta constante y un elevado grado de empatía, es decir, me pongo en el lugar de los otros (sus situaciones, formas de pensar, posibles distracciones, etc.) para avisarles con tiempo y hacerme ver con claridad. Esta última medida de seguridad, para mí, es la más importante, por eso llevo el silbato.
En bici no es como vas, es como vuelves.
El ciclismo es mucho “coco”, es el arte del poco a poco, del esfuerzo con cabeza. En esencia, el ciclismo me hace sentir poderoso y olvidarme del mundo. Esto en Psicología se llama tener experiencias de “flujo”, es decir, ser uno mismo ensimismado con la actividad que realiza. Yo fluyo en bicicleta. Para mí el sufrimiento en bicicleta es relativo, es un sufrimiento agradable.
¡¡ ÁNIMO !!
5 comentarios:
Genial y entrañable artículo. Dan ganas de subir el Angliru para sentir todas esas sensaciones. Claro que el deporte hace mejor profesor y mejor persona. Por eso SIRINGA está a tope con el deporte. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS...
De acuerdo en la mayor parte de los comentarios. Yo también monto en bici y ahora la combino con correr, con nadar y con el senderismo por montaña. Exactamente es una filosofía de vida sana, Y UN DEPORTE. Subir los puertos que se citan y, en concreto, el Angliru, solo con filosofía, nanay. Espléndido el articulo, como todo en la revista.
Profe, estoy de acuerdo con la filosofía del deporte que nos estusiasma, yo mismo siento esa filosofía aunque no con la bicicleta, la siento con otros deportes, aunque no me disgustaría practicarlo. Bueno que sigas entrenando, a ver si bates algún record. Ok?
Estoy completamente de acuerdo con el artículo de David. Me siento identificada con sus palabras, poque yo siento lo mismo.Desde que empecé a correr me ha hecho afrontar los sinsabores de la vida de otra manera; soy más positiva,tengo más valor y me siento más fuerte. Cuando participo en las carreras, especialmente en la medio maratón, y me quedan 2 ó 3 kms para terminar y me siento agotada, reventada, es cuando, de repente, resurge una fuerza mágica,que te hace conseguir el objetivo, llegar al final entusiasmada. Es en ese momento cuando el espíritu de sacrificio y de lucha relucen...
ANimo a todos a que empiecen a desarrollar la aficción por el deporte porque sencillamente les cambiara la vida...
23 de mayo de 2008 9:46
De acuerdo con todo, lo que más nos va a costar a los ciclistas es lo que dice el autor de la empatía con los demás. Parece imposible que un bonobo en 4x4 se pueda poner en la piel de un ciclista para respetarle su derecho. Pero bueno, tiempo al tiempo.
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